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¿A qué nos vamos a dedicar en el futuro?

Una lectura un tanto pesimista sobre la evolución del empleo en la era de Internet:

No jobs on the net

Es de Nicholas Carr, autor de Rough Type, un blog que suele poner los puntos sobre las íes ante las oleadas de optimismo más o menos fundado que se producen periódicamente en torno a las tecnologías y a Internet.

Afecta directamente al mundo del periodismo y la comunicación. Conviene leer los comentarios, ya que apuntan algunas pistas que, aunque son obvias, también son relevantes. Por ejemplo, que la publicación online evita la necesidad de que diversos periodistas escriban diversos artículos para varios periódicos sobre un mismo hecho. Es decir, que la efectividad de cada acción de comunicación es mayor ahora que hace unos años y, por lo tanto, hacen falta menos periodistas para informar al mismo volumen de población.

Nicholas Carr indica--citando un estudio del mercado de trabajo en EE.UU.-- que ahora trabajan menos periodistas en medios tradicionales que hace unos años. Pero eso no ha sido realmente compensado por un mayor número de periodistas trabajando online. De hecho, en los últimos 6 años, el número total de periodistas publicando en cualquier tipo de medio ha descendido un 11% y el descenso ha sido más acusado porcentualmente en el periodismo online --incluyendo publicación multimedia en la red--.

No sé muy bien a qué nos vamos a dedicar en el futuro los periodistas y los comunicadores. En esto de la evolución del empleo, el crecimiento de la productividad y el impacto de Internet sobre nuestro trabajo creo que estamos más o menos en el mismo barco.

En mi opinión, caben las siguientes posibilidades (no excluyentes):

a) Que se potencie la comunicación desde las fuentes primarias de información (empresas e instituciones, mayormente). Ello implica un posible crecimiento de empleo en el área de comunicación corporativa. También implica que los departamentos de comunicación intentarán establecer una vinculación más directa con los clientes y el público en general. Esto llevaría aparejado que la intermediación de los periodistas sería cada vez menos relevante.

El inconveniente de esta opción, si es que se produce, es que el trabajo de intermediación de los periodistas ha sido hasta ahora crucial para ordenar, clasificar y explicar las toneladas de información corporativa que se producen cada día. Es decir, que han sido un filtro para suavizar la habitual aridez de la información institucionalizada.

O bien en los departamentos de comunicación se aprende a hacer ese trabajo de filtro --y de lenguaje más cercano a la realidad de un público no especializado--, o el resultado serán cientos de miles de piezas informativas irrelevantes que circularán por Internet sin que nadie les preste atención.

b) Que se establezcan claramente algunos medios y periodistas líderes en sus respectivas especialidades que marcarán la pauta de lo que realmente se lee. Es decir, que el hecho de que haya menos periodistas con empleo incrementará el valor (la eficacia de la acción de comunicación) de cada uno de los periodistas que queden en activo.

En este somero análisis me estoy refiriendo sólo a medios de comunicación más o menos tradicionales y al periodismo profesional (periodistas que cobran por su trabajo). Es decir, no me refiero a bloggers y a gente que publica porque le apetece sin cobrar a cambio. Pero indudablemente, también son un factor de distorsión del mercado laboral en periodismo y comunicación.

Pero en todo caso, no es un panorama tranquilizador.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Lo del crecimiento del trabajo en el área de comunicación corporativa es un hecho, ya desde hace un par de años. La poca gente que me encuentro de mi promoción está trabajando en eso, yo incluido, y aunque mi intención es volver al trabajo en medios, hoy por hoy el trabajo de comunicador en una empresa es más seguro, está mejor pagado, y, por qué no decirlo, es más fácil.

Pero me parece erróneo pensar que la multiplicidad de voces y de fuentes primarias va a incidir negativamente en la profesión. Los mediadores van a seguir siendo necesarios, y cuanta más información disponible haya, más necesarios serán, precisamente para poner orden en ese caos. Otra cosa es que esa función de intermediación se siga dando en medios tradicionales.

Pero ojo, no confundas bloggers con 'gente que publica sin cobrar a cambio'. Un blogger no tiene por qué ejercer esa función de intermediación (un blog sirve para muchísimo más). Y tanto si la ejerce como si no, hay bloggers que viven y cobran por su trabajo.

La cosa también cambiará, sin duda, cuando la inversión publicitaria en internet llegue a ciertos niveles. Digamos que más allá del 5 o 6% de la inversión total.
Anónimo ha dicho que…
Desde mi perspectiva de institución/empresa, coincido en que se desarrollarán las dos opciones. Claramente están creciendo y lo harán mucho más en un futuro los gabinetes de comunicación; además, comparándolo con los medios de comunicación locales, que son lo que más conozco, creo que el profesional cobra más y tiene unas mejores condiciones de trabajo.

En mi opinión cada vez hay más un "exceso" de información. La indefinición de los canales supone una oportunidad para las empresas y profesionales del sector. Como lector, creo que en un futuro, al igual que ocurre con la comercialización de productos o servicios, donde se ha pasado de productos estándar en los que lo importante era el segmento de población, a productos cada vez más enfocados en el cliente concreto e individual, en comunicación debiera ocurrir lo mismo. Es decir, información personalizada, al gusto del informado, donde lo que primará será la excelencia de la fuente.