
Pero sin dejar de utilizar los instrumentos de viaje que nuestro tiempo pone a nuestra disposición, Reverte es capaz de trasladarnos al pasado y a un mundo de aventuras y aventureros que ya no volverá, pero con el que muchos hemos soñado.
El Río de la Luz es un recorrido por Alaska y Canadá siguiendo las huellas de Jack London, quien se aventuró en un peligroso viaje afectado por la fiebre del oro. Así, Javier Reverte nos hace recorrer con la imaginación un mundo de buscadores de oro, pistoleros, meretrices de salón, policías montados del Canadá, osos, indios y aventureros. La parte central del recorrido es un descenso en canoa por el río Yukón con un grupo de compañeros: un auténtico sueño para los que alguna vez hemos anhelado vivir una aventura similar a las descritas por el escritor estadounidense en sus libros.
El Río de la Luz no es el mejor libro de Javier Reverte. El más impresionante de todos es, en mi modesta opinión, El Río de la Desolación (que describe un trayecto por el Amazonas). Esta opinión creo que la comparte también el propio autor, quien en una reciente entrevista de radio se refirió a esta obra como la que tenía mayor calidad literaria entre sus libros de viajes. Me parece que eso de la calidad literaria enmascara en realidad el hecho de que es un libro escrito desde el alma y que llega al alma de los lectores, puesto que el viaje impactó profundamente al autor y eso queda patente en cada línea.
En todo caso, El Río de la Luz es un libro altamente recomendable. Todos aquellos que en nuestra juventud hemos disfrutado con Jack London y sus relatos, disfrutaremos también con este recorrido por tierras que en su día fueron salvajes y aún hoy no han sido del todo domesticadas.
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