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Sobre el musical "Hair" y mi pequeño choque generacional

Una vez más ha vuelto a pasar. Me he puesto a contar algo a los (en este caso, las) jóvenes que, afortunadamente para mí, me rodean en la oficina. A las pocas frases, me miran con cara de paisaje. ¿Qué es eso de lo que habla el abuelete? No es una novedad, estos choques generacionales me ocurren con cierta frecuencia. Menciono cosas que considero que forman parte del acervo cultural general y resulta que no. Que solo forman parte de mi historia y de la de mi generación. Que son cosas que para estos jóvenes significan nada o bien poca cosa.

En este caso se trataba de una mención al musical Hair, y más concretamente, a la película de Milos Forman del mismo título.

Y es un caso curioso, puesto que estas jóvenes me confirmaron que sí conocen otros musicales de renombre, como Jesucristo Superstar, que es incluso más antiguo que Hair.  Pero Hair, que tiene algunos momentos gloriosos y algunas piezas musicales absolutamente memorables (y que yo creía que era una película que había visto todo el mundo), prácticamente ha desaparecido del mapa.

El musical es de finales de los 60, y la película de 1979. Mis interlucutoras no habían siquiera nacido cuando mi cuerpo y mi alma se debatían ya entre permanecer un ratito más en la comodidad de la infancia o dar el salto hacia las aventuras de la adolescencia. Vivíamos en los años de Cuéntame cómo pasó y la película Hair apareció como un rayo en cielo despejado, alteró los nervios de nuestros mayores al recordarles de pronto las turbulencias del mayo parisino y otros tumultos del 68 y nos reafirmó a muchos jóvenes en nuestra militancia contra la guerra, contra las convenciones sociales y contra el poder establecido. Hair significaba libertad.

La película ha envejecido mal, muy mal. Los disfraces de hippy de los protagonistas dan hoy más risa que otra cosa, y muchas partes y canciones de la película se pierden en la nebulosa de un recuerdo borroso que no tiene ni pena ni gloria. Pero como dice la entrada de la Wikipedia, el musical también "ha dejado algunas de las canciones más conocidas en todo el mundo hasta hoy en día, a pesar de que mucha gente no conoce el musical al que pertenecen".

He aquí algunos de esos momentos memorables:

1) La secuencia inicial inciala de la película, con la canción Aquarius. La voz y la interpretación de la solista son simplemente "brutales".


2) I got life. Los hippies se cuelan en una cena de ricos (para intentar que el chico guapo tenga una oportunidad con la chica rica guapa) y ahí la lían parda. Un amigo me decía, sin duda exagerando, que era una de las mejores escenas de la historia del cine. No es para tanto, pero la escena es buena, y la canción impactó en su momento.




3) Hair. Sí, es cierto, la coreografía del supuesto tumulto carcelario es muy poco creíble, pero como es la canción que da título al musical y tiene su marchilla, no me resisto a ponerla. Me pregunto por qué no se ha usado nunca para un anuncio de champú (sería muy propio).


4) Let the sunshine in. La secuencia final de la película. Esta sí es de gran impacto. Las imágenes de los soldados subiendo a los aviones rumbo a la guerra y a la muerte son espectaculares.


Hermosos recuerdos de aquellos maravillosos años.

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