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Mitos de la web 2.0

Luis García de la Fuente, director de Lastinfoo, hace un análisis bastante crítico sobre los mitos de la web 2.0. El análisis lo he visto publicado en Servicios de Comunicación.

La visión de Luis es discutible, como todas, pero pone el dedo en la llaga en un par de ideas (realmente en tres) muy extendidas entre los abducidos de la red (frikis, nerds, teckies y otras gentes de mal vivir).

Creo que tiene bastante razón al separar la web 2.0 del concepto de democracia a gran escala. El número de participantes en webs que permiten la participación (válgame la rebuznancia) es tremendamente bajo, algo así como el 1% del total de personas que visita la web en cuesión. Y aporto mi granito de arena, visto el entusiasmo inexistente sobre el tema entre los habitantes del mundo exterior, me atrevo a vaticinar que esa cifra no se va a mover mucho de ahí.

También tiene bastante razón sobre los medios de comunicación. La trayectoria de la web 1.0 así lo corrobora. El que era grande en el mundo exterior, generalmente ha conseguido ser uno de los grandes en Internet. Esto sucede en casi todas las esferas de actividad empresarial (comunicación, ventas, viajes...). Esto no quiere decir que no pueda haber algunas iniciativas nacidas en Internet que tengan éxito (eBay, Amazon, viajar.com...) y que también las habrá en medios de comunicación. Pero la regla es que los más grandes, los que tienen recursos para investigar e invertir, son los que mayores éxitos acaban cosechando en Internet y también en la web 2.0 (apostaría cualquier cosa a que los blogs de elmundo.es están entre los más visitados en español). No, la web 2.0 no va a sustituir a los medios de comunicación tradicionales ni por asomo. Los hará cambiar y adaptarse a nuevos métodos de comunicación, pero eso es todo.

Y, por último, también tiene razón en que los triunfos de los pequeños no son más que excepciones que confirman la regla. Que un tipo bailando sea la estrella de YouTube durante unos meses y consiga que una empresa le subvencione los viajes no es una transformación de las realidades económicas y empresariales tradicionales. Es una anécdota.

A todo esto, la web 2.0 es un concepto fantástico. Nos ofrece a muchos una excelente plataforma de comunicación e interacción con los demás. Nos permite intercambiar opiniones, acceder al conocimiento de los demás y aprender a un ritmo y con una facilidad desconocidas hasta ahora. Pero no va a cambiar el mundo.

Comentarios

Senior Manager ha dicho que…
Qué lástima y yo que pensaba que era la panacea...Me parece que la 2.0 es una etapa transitoria hacia el futuro de Internet por lo que hay que otorgarle la importancia relativa que merece, pero nada más.
Fabián ha dicho que…
Y yo, Senior, tengo la sensación de que en Internet todo es transitorio. El ritmo de evolución es muy rápido y, cuando todavía mucha gente no ha realizado su primera compra en Internet, muchos estamos trasteando con la web 2.0 o con mundos en 3D.

En todo caso, mi visión es que la web 2.0 es una vuelta de tuerca muy positiva sobre las posibilidades de Internet, pero tampoco elimina ni anula las experiencias anteriores (ni mucho menos eclipsa al mundo offline).
octaviorojas ha dicho que…
No comparto del todo la visión de Luis.

Me parece que la posibilidad de participación es lo verdaderamente relevante.

En lo político: movilizaciones alternativas
En lo económico y mediático: nuevos modelos de negocio (Weblogs SL)

La cuestión es que la posibilidad latente es la auténtica diferencia. El hecho de que exista ofrece una potencia transformadora que ya se ha podido comprobar.

Si bien no todos los medios no desaparecerán (algunos son zombis), sí han sufrido una transformación muy profunda que no se puede negar.

Saludos.
Félix ha dicho que…
Me quedo con lo de que es una excelente plataforma de comunicación; lo que pasa es que nos comunica a muy poca gente. La enorme mayoría de la gente que conozco está fuera de lo 2.0. Las conversaciones así son de pocos con pocos.

El consuelo es que esto no es tan malo si lo vemos desde el punto de vista que no podríamos seguir centenares de bitácoras y miles de conversaciones al tiempo.
Benito Castro ha dicho que…
Respecto a tu último párrafo, lo del cambio del mundo debemos entenderlo en términos relativos, pienso. Efectivamente no podemos pensar en un cambio arrasador ( en un mundo nuevo desde ya ) pero sí en modificaciones ( mayores o menores ) que significan cambios al fin y al cabo.

Pero además, fenómenos como YouTube significan grandes cambios, se mire como se mire, y los blogs, y Facebook... Son nuevas formas de comunicar, masivas puesto que implican a millones de personas, que generan evidentes avances desde la perspectiva de la implicación de grandes olas de conocimiento, de mayor o menor calidad, inéditas hasta el momento presente.

Empresas como IBM, Procter and Gamble, Boeing... llevan ya varios años, entre otras, abriéndose a formas diferentes de producción e innovación basadas en la colaboración y en códigos abiertos de participación.

Otros fenómenos de nuestro tiempo como Linux o Wikipedia son referencias de acontecimientos a escala mundial que, a las claras, nos dicen que existen de hecho grandes cambios que imprimen nuevos ámbitos sobre los que evoluciona este mundo.

La constatación de este nuevo escenario mundial es, si lo pensamos, algo de tan sólo 10-15 años, no más, un período en el que ( como se ha señalado) se ha influido también en otras empresas de enorme importancia histórica como los medios de comunicación.

Si cogemos todos estos hitos parciales y los sumamos, ¿podemos pensar en que esto de la web 2.0 es algo trivial? Más bien no, pero como indicaba más arriba es algo que lleva sólo 10-15 años. Debemos esperar a que las generaciones que ya van caminando entre los 20 y 30 años empiecen a ser los regidores de todos los puestos de influencia, desde la panadería del barrio hasta la presidencia de los EEUU. Y no digamos cuando sean los niños que ahora tienen 8 años los líderes.

Por último, la mayor o menor participación de los individuos implica, de por sí, un muy interesante fenómeno a estudiar. Estamos disponiendo bases de evolución económica, social, científica... en las que funcionará aquello de 'subirse al tren' como paradigma de estar o estar, de ser o no ser algo en términos de aportación, colaboración y producción de todo aquello que el ser humano es capaz de realizar, de tal manera que será más el que más logre conectar y mejor con este nuevo ecosistema y menos aquel que se sitúe fuera ( y peor si escondiendo la cabeza como un avestruz ) sin acceder a unas reglas del juego basadas en la conexión global. Evidentemente, esto no es el juego del todo o la nada, aquí funcionará el servicio a la carta y probablemente el estar más o menos implicado (con sus consecuencias añadidas) será la elección de cada cual.

Benito Castro
Fabián ha dicho que…
Bueno, bueno...

Reconozco que mi texto era ligeramente provocador.

En ningún caso quiero menospreciar la importancia de la web 2.0 (en caso contrario no estaría trasteando con este tema desde hace tres o cuatro años). Lo que ocurre es que a veces me maravilla cómo se sacan conclusiones exageradas y se llevan las opiniones a límites que no son realistas.

Pasa con los medios de comunicación, por ejemplo. Los blogs tienen un impacto notable y este nuevo tipo de comunicación está ya provocando transformaciones serias en los medios tradicionales. Hasta ahí, de acuerdo, es una revolución importante. Pero la página que sigue teniendo millones de accesos es elmundo.es. La web 2.0 no elimina lo anterior, lo modifica y lo mejora.

En cuanto a las posibilidades de trabajo colaborativo (Linux, Wikipedia...) estoy totalmente de acuerdo contigo, Benito. Eso es una transformación profunda en los modos de trabajar.

Eso sí, cuando uno habla con el mundo exterior, se recibe una impresión un tanto distinta y creo que es relevante que seamos conscientes de ello. La mayor parte de los ciudadanos no usa Internet de forma habitual (al menos no en su trabajo diario). Incluso entre usuarios de Internet, sigue existiendo la idea de que la información online es poco fiable. Esto no es más que un prejuicio, pero existe en abundancia y creo que es un freno notable para todo el concepto.

Bueno, más que un freno, es un elemento que crea una sociedad de dos velocidades (quizá más de dos), los que somos usuarios avanzados de herramientas web 2.0 y conocemos su potencial, y los que miran con suspicacia todo lo que no sea "tinta sobre papel", a pesar de que la tinta sobre papel también tiene problemas de fiabilidad ¿verdad?