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¡Bravo Anand!

Solicito un pequeño aplauso para Wiswanathand Anand. Hoy, en la tercera partida del mundial de ajedrez que se celebra en Chennai (India), ha sabido mantener una fuerte presión sobre Magnus Carlsen, a pesar de que el indio jugaba con las negras.

Pese a lo decepcionantes que resultaron las dos primeras partidas, lo cierto es que hasta el momento es Anand el que lleva el mando estratégico del encuentro. En las dos partidas que ha jugado con negras, o bien ha obtenido una clara ventaja (como en la partida de hoy), o bien podría haber luchado por la iniciativa (como en la primera partida, en la que prefirió no arriesgar). Y en la segunda partida, que jugó con blancas, también tuvo la opción de seguir presionando.

El que está desconocido es Magnus Carlsen. Yo no sé quién le ha aconsejado sobre el ultrasólido repertorio de aperturas que ha escogido hasta el momento (lo de hoy no sé si entra dentro de los cauces de la apertura Inglesa o de la Catalana, según se mire), pero no ha conseguido ni el más mínimo atisbo de ataque. La posición en la que Anand le obliga a retirar la dama a la casilla h1 es para enmarcarla. Es difícil encontrar un lugar más indigno para una dama (en un tablero de ajedrez, digo, que en el mundo real se me ocurren unos cuantos).



No soy experto analista (y además hoy en día todo esto se acaba aclarando con análisis por ordenador), pero a mí me parece que la posición del diagrama está estratégicamente ganada por el negro. Quizá Anand dejó pasar alguna oportunidad en las siguientes jugadas.

Por ejemplo, en la posición que se produjo poco después (siguiente diagrama), Anand avanzó su peón de c5 a c4, lo cual derivó en sucesivas simplificaciones hasta llegar a un final de alfiles de distinto color imposible de ganar.


Yo creo que Anand tenía que haber dejado el peón c en su sitio, y que jugando Tb6, podría haber mantenido intacta su estructura de peones en el flanco de rey. Así, los peones b y d del blanco podrían ser el blanco de sus ataques, mientras Carlsen tendría que invertir algunos tiempos en liberar su dama sin encontrar un claro objetivo de ataque.

En todo caso, tras el cambio inevitable del caballo de g5 por el alfil de e6, la presencia de alfiles de distinto color barrunta un final bastante tablífero, que es lo que sucedió al final.

Lo mejor de todo es, sin embargo, que por fin hemos visto una partida de ajedrez digna de tal nombre. No ha sido espectacular, ni tampoco una lucha sangrienta (entra más bien dentro de la categoría de las partidas maniobreras y aburridillas), pero ha sido una partida al fin y al cabo.

¡Bravo por Anand! que mantiene bien alto la bandera de los cuarentones frente a los veinteañeros.

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