Ir al contenido principal

Sin novedad en el frente. Diario del confinamiento, día 9: Desubicados


La realidad, los hechos, los datos y los acontecimientos acaban siendo más tercos que las opiniones. La realidad nos acaba poniendo a todos en nuestro sitio. Digo esto porque, en las últimas 48 horas tengo la sensación de que, de modo colectivo, nos estamos dando un auténtico atracón de realidad, una embestida de hechos, datos y acontecimientos que va a provocar que los más desubicados acaben aterrizando en el planeta Tierra.

Desubicados estaban los que hace una semana creían que se podía hacer running, desubicados los que sacaban a pasear perros de juguete o hasta radiadores, desubicados los miles de valencianos que, el mismo viernes 20 de marzo, provocaron un embotellamiento en las salidas de la ciudad. Se dirigían a sus segundas residencias, tan tranquilos ellos. [Actualización: he sabido posteriormente que el atasco estaba provocado fundamentalmente por controles policiales y es más que probable que muchos de esos vehículos tuviesen una razón legítima para estar circulando. Mis disculpas.]

Veo bastante fuera de su sitio a los que todavía parecen querer sacar un rédito político lanzándose trastos a la cabeza y acusándose de errores. La mayor parte de la sociedad ha entendido que ha llegado la hora de cerrar filas (metafóricamente, mantendremos un metro de distancia, claro está) y que ya llegará el tiempo de los reproches y de las urnas. No estamos en una campaña electoral. Estamos en una crisis mundial que nos obliga a apoyar de forma unánime a nuestros gobernantes municipales, autonómicos y estatales, sean del color que sean.

Desubicados también estaban los que arrasaban con el papel higiénico en los supermercados. Un fenómeno que no acabo de entender, pero que debe estar cargado de una lógica profunda cuando ha ocurrido por igual en todo el mundo.

Percibo también con extrañeza cómo algunas marcas siguen anunciando sus productos con mecanismos y mensajes que parecen fuera de lugar. Hoy mismo, una reconocida marca de automóviles me ha enviado un Tweet patrocinado en el que me animaba a comprar un vehículo en su red de ocasión y conducirlo para sentir la libertad (o algo parecido, no recuerdo exactamente las palabras).

Pero el colmo de los desubicados lo tienen dos microhistorias de estas últimas jornadas.

La primera es esta denuncia policial por desobedecer las restricciones de movimiento del Estado de Alarma.


Sí, el indiviudo manifiesta estar cazando Pokemon.

La segunda microhistoria es sublime, es el colmo de la perfección de un tipo que no sabe dónde vive. Yo quiero conocer al autor del siguiente titular, que apareció en un periódico de Sevilla el pasado viernes:



Hoy, afortunadamente, tampoco hay novedad en el frente. Cuidaos todos mucho y no salgáis de casa.


Artículos anteriores de la serie:

Comentarios