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Sin novedad en el frente. Diario del confinamiento, día 45: La fotografía tramposa


Hoy ha sido un día calentito en los medios de comunicación (ayer lo fue en las redes sociales). La ligera apertura del confinamiento, que permitía sacar a los niños a pasear un rato por los alrededores de las casas ha generado algunas situaciones de abuso por parte de unos pocos y una buena tanda de titulares y tuiteros cabreados.

Que los tuiteros estén cabreados no es noticia. Es una de las esencias de las redes sociales y en particular de Twitter, pero lo curioso es que hay dos tipos de enfado. Por un lado, los que se mostraban indignados con todos esos padres y madres que aparentemente salían en manadas a contagiar y ser contagiados. Por otra parte, están los que se han indignado con el uso “peculiar” de algunas fotografías en los medios de comunicación, haciendo parecer como invasiones en la calle lo que realmente eran agrupaciones de poca densidad.

Una de las fotografías de la discordia ha sido la siguiente, publicada por diversos medios de comunicación.


Es una calle de Donosti en la que aparentemente circula un pelotón de gente sin el más mínimo cuidado por mantener el distanciamiento social.

Pero lo cierto es que la foto miente. Lo explica muy bien este hilo de Twitter. El uso de un teleobjetivo bruto aplana las distancias, haciendo parecer que la gente y los objetos están cerca, cuando en realidad se encuentran a una distancia considerable. Midiendo con Google Maps, se puede comprobar entre el paso de peatones del primer plano y la parada de autobuses que aparentemente está muy cerca, en realidad hay 160 metros de distancia. El edificio del fondo está a 950 metros. Y la densidad real en la calle debía ser de aproximadamente una persona por cada 20 metros cuadrados.

Un uso peculiar de las fotografías puede deformar una información tanto o más que un texto mal escrito, una declaración sacada de contexto o un dato que no se analice en función de los demás.

Una de mis primeras experiencias al respecto tuvo lugar durante la huelga general del de 1992. Un compañero y yo fuimos a cubrir el impacto de la huelga en Mercamadrid. Tras una noche particularmente divertida acompañando a los piquetes sindicales, de alguna forma acabamos en Atocha. Uno de los sindicalistas nos pidió entonces que sacásemos una foto mostrando las calles vacías para demostrar el impacto de la huelga. Bueno, ¿qué podía demostrar la foto? ¡Eran las cuatro de la mañana! Las calles habrían estado vacías de cualquier modo.

Pero sin duda, uno de los métodos más flagrantes para deformar el valor informativo de una fotografía es simplemente editarla o recortarla.

Hace algunos años, en 2001, se publicó un libro titulado IBM y el Holocausto. Los editores del libro, que ejecutaron una brillante campaña de comunicación para venderlo, sostenían la tesis de que el Holocausto habría sido poco menos que imposible sin la tecnología de IBM, que servía para clasificar a las víctimas, entre otras cosas.

No voy a entrar en el análisis del contenido del libro, pero sí en el detalle de que muchos medios de comunicación, para ilustrar la historia, utilizaron la siguiente fotografía.



En ella se ve a la presidente y fundador de IBM, Thomas J. Watson, departiendo amablemente con Adolf Hitler.


La foto es real, pero falsa desde el punto de vista informativo, puesto que aparenta ser una reunión privada entre los dos personajes, cuando en realidad se trataba de una delegación oficial de empresarios de Estados Unidos, presidida, eso sí, por Thomas J. Watson.

La foto completa es la siguiente. 



Así que sigo recomendando aproximarse a la información con un espíritu crítico. Y no me refiero solo a los textos, también a la información gráfica.

Muy buenas noches a todos en una jornada sin novedad alguna en mi frente de batalla.

Artículos anteriores de la serie:


Comentarios

Carol ha dicho que…
Muy interesante lo que cuentas, Fabián.
No deja de sorprenderme que en pleno siglo XXI, en la era de la IA y de tantas otras tecnologías, de las redes sociales y la sobreexposición a la datos, sigamos siendo tan crédulos y acríticos con imágenes e informaciones.Porque lo de emitirlas de forma malintencionada es un virus que no se extingue nunca...